Desde el año 1923, el primer sábado de julio, se celebra el Día Internacional de las Cooperativas, festividad que impulsó y oficializar Naciones Unidas el 1995 y desde semillas, la celebran todas las cooperativas en todo el mundo.

Según datos de la Alianza Cooperativa Internacional (A.C.I.), organismo que une y representa las cooperativas desde su fundación el 1895, a día de hoy, los miembros de las cooperativas representan al menos el 12% de la humanidad (1.200 millones de cooperativistas), y trabajan para construir un mundo mejor desde los 3 millones de cooperativas presentes en todo el mundo y en todos los ámbitos.

Cooperativas agro-alimentarias de las Islas Baleares está formada por 31 cooperativas: 25 de primer grado, 5 sociedades agrarias de transformación (SAT’s) y 1 cooperativa de segundo grado. Treinta y una entidades que suman una facturación de cerca de 80 millones de euros y representan además de 7.000 socios de 22 cooperativas en la isla de Mallorca, 4 en Ibiza, 4 en Menorca y 1 en Formentera.

Aumento de las cooperativas en las Islas

Desde el pasado Día Internacional de las Cooperativas, el número de socias de Cooperativas agro-alimentarias de las Islas Baleares se ha visto incrementado en tres: Ecofeixes, dedicada a la producción y comercialización de productos hortícolas de agricultura ecológica en Ibiza, Tramontana Viva, cooperativa dedicada a la explotación comunitaria de la tierra y Cooperativa Bessoners formada por jóvenes cooperativistas que comercializan cestas a domicilio con sus productos.

El tema de este año del Día Internacional de las Cooperativas es “Las cooperativas y la acción por el clima”, para concienciar en la lucha contra el cambio climático. Por la parte que corresponde, Cooperativas agro-alimentarias Islas Baleares destaca el hecho que el sector agrario durante los últimas años ha hecho un verdadero esfuerzo para llevar a cabo políticas de lucha de cambio climático, incluso ha llevado a cabo medidas que iban más allá de los compromisos. Las emisiones en agricultura representamos el 10,3% del total de la UE, y desde el año 1990 la agricultura ha reducido sus emisiones de forma gradual con más de un 22% desde el año 1990. Estos datos demuestran que la agricultura está haciendo sus deberes y contribuyendo a la aplicación del Acuerdo de Paris mucho más que otros sectores.

Además, la agricultura, como a sector que gestiona la mayor parte del territorio de las Islas te un papel decisivo a las estrategias de mitigación del cambio climático. El efecto del cambio climático tendrà y tiene un impacto biofísico, es decir, sobre los cultivos, los pastos y la ganadería, cambios en el recursos edafológicos y hídricos, plagas y enfermedades, además de las consecuencias que la climatología tengui sobre los cultivos. Pero también un impacto económico y social, puesto que la disminución de rendimientos y la producción está suponiendo una disminución del margen limpio de las explotaciones, con la consecuencia del abandono de las explotaciones y los efectos negativos que té por el paisaje y el medio ambiente.

Las propuestas de las Cooperativas agro-alimentarias

En este sentido, las medidas propuestas por Cooperativas agro-alimentarias a la Administración en materia de energía han ido dirigidas a reducir la vulnerabilidad y las emisiones de GEH (Gases Efecto Invernadero) del sistema energético de las Islas, teniendo en cuenta especialmente:

• El impulso a las políticas de ahorro y de eficiencia energética.

• La promoción de las energías renovables en las Islas.

Esta promoción implica facilitar a nivel urbanístico las instalaciones de energías renovables a las explotaciones agrícolas, y por tanto, la derogación del Decreto 33 / 2015, de 15 de mayo, puesto que esta normativa recoge los Mapas de aptitud del territorio por instalaciones de energía fotovoltaica, y estas limitaciones afectan la mayor parte del territorio de las islas.

Así mismo, preocupa el problema del agua y hay que luchar por el fomento de las iniciativas dirigidas a la intensificación de las modernizaciones de regadíos con aguas regeneradas que comporten un mejor y más racional aprovechamiento del agua regenerada, y por medidas que hagan que esta agua sea apta para regadíos con la máxima eficiencia energética y se pose a disposición de las explotaciones.

En cuanto que las Cooperativas agro-alimentarias son empresas impulsadas por valores y no por la remuneración del capital, entienden que luchar por el clima, por el medio ambiente, es un deber que cumplen, aseguran,  gustosamente porque repercutirá en el bien común.