El papel del cooperativismo

El papel que juegan las cooperativas dentro de la economía agraria y el mundo rural es fundamental.

Gracias a las cooperativas muchos de agricultores y ganaderos han podido mejorar su capacidad de negociación y su competitividad en un mercado global cada día más complejo.

Las cooperativas han aportado los servicios al mundo rural, la formación y la información a sus socios, la introducción de las nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia productiva y la innovación

Estos valores y de otras como la participación democrática, la solidaridad y la modernización que acompañan al cooperativismo han hecho que hoy las cooperativas sean una de las partes más importantes de la cadena agroalimentaria y una pieza clave para garantizar el futuro del sector agroalimentario balear.

Más del 85% de las explotaciones forman parte de una cooperativa, que comercializa sus producciones y las abastece de los suministros que necesitan para hacer su proceso de producción.

Las cooperativas se caracterizan por una serie de singularidades que les dan un destacado papel socioeconómico a nuestra comunidad. Contribuyen al desarrollo rural y ofrecen gran parte de los productos que consumimos.

Las cooperativas son las empresas de los agricultores y ganaderos. Tienen un funcionamiento democrático y así, los socios participan en las decisiones de sus propias empresas.

Este modelo de producción ha permitido que miles de personas que viven en el medio rural de nuestras tierras lo puedan seguir haciendo y en muchos casos, que los alimentos que consumimos siguen produciéndose y COMERCIALIZÁNDOSE.

Se debe destacar el importante papel de las cooperativas en el desarrollo rural, puesto que a menudo son las únicas empresas ubicadas en las zonas rurales y generan mucha más actividad económica que la propiamente circunscrita a sus socios y trabajadores. Además, están vinculadas al medio rural de forma continuada y su permanencia está garantizada por la propia naturaleza, puesto que sus socios y dirigentes son agricultores y ganaderos de las regiones de producción dónde las cooperativas están establecidas. En definitiva, las cooperativas producen riqueza para el medio rural y, socialmente, generan trabajo, dando fuerza así al tejido rural.

El movimiento cooperativo nació en Europa coincidiendo con los inicios de la primera revolución industrial y durante el siglo XX se expandió a todo el mundo. Actualmente las cooperativas están presentes a prácticamente todos los países y aportan a la mayor parte de actividades económicas: en total representan alrededor de 800 millones de personas.

Estos últimos años se ha puesto de manifiesto la importancia del modelo cooperativo por conseguir una mejor redistribución de los recursos y prestar con más eficacia los servicios de naturaleza social. La cooperativa acontece una figura clave en la consolidación del concepto de emprendida competitiva porque potencia el capital humano al tiempo que incorpora la responsabilidad social a su estructura.