Ante la campaña lanzada vía twitter por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, Cooperativas Agro-alimentarias de España considera injusto que se señale al sector ganadero sin contrastar los datos y respalda la opinión de las Organizaciones Interprofesionales Ganaderas de las que forma parte.

Según el Avance de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico correspondientes al año 2020, el subsector de actividad con más peso en el total de emisiones de GEI continúa siendo el transporte (27,7%), seguido de la industria (21,4%), la generación de electricidad (10,3%), la ganadería (9.1%), el consumo de combustibles en los sectores Residencial, Comercial e Institucional (8,2 %), y la gestión de residuos (CRF 5: 5,1 %).
Además, el sector ganadero español aporta un incuestionable valor a la dieta mediterránea que ha convertido a nuestro país en uno de los más saludables y de mayor esperanza de vida del mundo.

El sector ganadero está muy comprometido con la sostenibilidad medioambiental y cumple estrictamente con el modelo de producción europea, el más estricto del mundo. Además, el sector lleva años trabajando en la mejora del bienestar animal, concretamente en España a través del desarrollo de certificaciones de bienestar animal desde las interprofesionales, o de manera privada con sellos ya existentes, incluso antes de que la Comisión Europea se fijaran en esta cuestión.

Otra de las ventajas de los sectores ganaderos es su contribución a la vertebración del territorio, al mantenimiento de la población rural y del paisaje y a la economía de la llamada España vaciada, donde la ganadería permanece y no se deslocaliza.

Cooperativas Agro-alimentarias de España espera que el Ministerio de Consumo se coordine con el Ministerio de Agricultura a la hora de lanzar una campaña con datos contrastados, y espera que sus esfuerzos se dirijan a evitar la competencia desleal de alimentos procedentes de terceros países que no cumplen los mismos estándares de producción que los europeos y son menos sostenibles y que comprometen la rentabilidad y la viabilidad de las explotaciones ganaderas.